Dr. Leopoldo Altamirano Robles
Adaptándonos a las circunstancias que nos afectan actualmente, es decir a la pandemia del COVID19, cabe preguntarse qué sigue después de que la emergencia haya pasado. Tratando de responder a la pregunta planteada, esta entrega y las subsiguientes serán dirigidas a este tema en especial, de cara a las diferentes esferas en las que la pandemia influye. En esta ocasión será la esfera Educativa, quedando para los siguientes artículos la esfera empresarial, la de recursos humanos, la gubernamental, la de salud y la política.
De todos es bien conocido que además de la emergencia sanitaria se han generado como consecuencia inmediata otras emergencias como la económica, la laboral y la petrolera. Menciono estas emergencias porque este es el contexto en el cual debemos enmarcar el mundo después de que hayamos generado inmunidad grupal y que nos hayamos acostumbrado a vivir con éste.
Considerando lo anterior cabe preguntarnos cómo será el ámbito educativo con la nueva realidad que tendremos.
Es indudable que después de la experiencia de haber tomado clases en casa a través de la internet o haber impartido alguna de ellas por el mismo medio, la forma en la que veníamos viendo a la educación no será la misma. Descubrimos, tanto los profesores como los estudiantes, que a través de la distancia podemos seguir avanzando en la transmisión y generación de conocimiento, por supuesto en la medida de lo posible.
Cosas que antes se veían, no digo imposibles, sino complicadas, se van volviendo una realidad. Así por ejemplo algunos alumnos empiezan a tener la experiencia de asistir a una clase a distancia con todos sus compañeros de grupo, los cuales ahora son alcanzables no solo por el sistema de video conferencia que se está usando formalmente para la clase, sino con todas las redes sociales posibles. Al principio era extraño, pero después fue común, que mientras el profesor daba su clase, varios de los alumnos se comunicaban entre ellos vía mensajes, hablando no solo de la clase sino de otros temas variados. Esto cesaba cuando el profesor empezaba a preguntar sobre el contenido que se estaba explicando.
También algunos de los profesores experimentaron por primera vez lo que es tener una reunión de los cuerpos académicos a distancia y acostumbrarse a levantar la mano de forma electrónica a través de apretar un botón de la computadora.
Todo esto sucedió, pero la pregunta seria es si llegó para quedarse, si esta forma de enseñanza sustituirá a la forma tradicional de dar clase.
Al primer cuestionamiento yo quisiera opinar que sí, ya que no solo ya existía en algunas universidades e instituciones de educación de todos los niveles, sino que ahora será una herramienta que será exigida por todos los participantes en este proceso.
Al segundo cuestionamiento opino que no, ya que si bien ayuda al aprendizaje, el hecho de estar en un ambiente de aprendizaje real ayuda a que los conocimientos se transmitan de forma más directa. Esto quiere decir que seguirá siendo necesario y deseable que los estudiantes sigan asistiendo físicamente a clase, no solo para facilitar el proceso de aprendizaje, sino para preguntarle al profesor sus dudas personalmente, conocer los laboratorios existentes y también conocer a sus compañeros de grupo y generar grupos de trabajo con ellos.
No olvidar que, en el mundo actual, el trabajo en equipo sigue siendo una característica muy deseable, sobre todo en las empresas donde se emplea la tecnología de la industria 4.0.
A manera de conclusión podemos afirmar que ambas formas de enseñanza subsistirán y se complementarán de manera eficaz.