Ernesto Ordaz Moreno
“Si quieres ganar un adepto para tu causa, convéncelo primero de que eres su amigo sincero” (Abraham Lincoln)
En nuestra modernidad, las tecnologías de la información y el uso de las redes sociales son ampliamente empleadas por las personas para comunicarse e, incluso, para relacionarse. En ese sentido, han adquirido una relevancia en la comunicación política, generándose un nuevo “territorio” para las campañas, así como para el anuncio de políticas y logros de gobierno.
El derecho a la libertad de comunicación, a la manifestación de ideas, al acceso libre a la información, sea porque la emitas o porque la recibas, son Derechos Humanos reconocidos y protegidos por la Constitución Federal, incluso el Estado garantiza el derecho de acceso a las tecnologías de la información. Es nuestro deber disfrutar de estos derechos y ejercerlos responsablemente.
En ese contexto, las redes sociales son un mecanismo de gran utilidad para el ámbito político. Y los partidos políticos, los políticos y el Estado deben, poco a poco, ir evolucionando a su mayor empleo, así como a discutir y proponer la próxima regulación.
La reciente reforma en materia electoral propuesta por el Gobernador del Estado y aprobada por el Congreso del Estado para eliminar la publicidad electoral del transporte público, en la vía pública, en espectaculares, resulta una adecuada medida que contribuirá no sólo a eliminar esa contaminación: a) visual y b) de basura en residuos sólidos; sino que obligará a los políticos, sus partidos e incluso a los gobiernos, a acercarse directamente con cada persona, sea de forma personal o bien, a través de las redes sociales, pues existe interés de promover la participación en la vida democrática de nuestro país.
La comunicación política debe ser permanente, no sólo para las campañas electorales o cuando se está cerca de un proceso electoral. Cierto es que está evolucionando, transformándose, ocupando las tecnologías de la información, en especial, las redes sociales; estas son una plataforma de comunicación que ofrece un futuro prometedor para tratar los asuntos políticos, del Estado. Las oportunidades son mayúsculas, bajo costo, el número de usuarios, el alcance de los mensajes, la interacción que genera.
Por supuesto que se debe poner atención a los contenidos de las redes sociales, pues es visto que las audiencias prefieren la informalidad, el lenguaje coloquial, de ahí que se generen gran cantidad de opciones en creatividad, rapidez de respuesta, sensibilidad y simpatía. En efecto, en las redes sociales hay una sensación de mantenerse informados, de cercanía a través del mensaje directo, la oportunidad de externar opiniones en el “anonimato” pero dentro de un foro de debate que permite la participación directa del ciudadano. De esta manera, la persona (elector) se siente escuchado, atendido, validado por sus opiniones, sabiendo que hay alguien interesado en sus preferencias, en sus ideas, y esa sensación genera cercanía.
Asimismo, habrá que mantener una comunicación responsable, conocedora del tema, empática, resiliente, humana, que no se vea afectada por los ejércitos de “bots”, blogs, “fake news” o notas falsas, por defensores pagados que sin argumentos sólo atacan insensiblemente, provocando una supuesta manipulación; sabiendo que la rapidez de la vida mundana nos ha puesto en el punto de que nadie quiere leer demasiado o profundizar o reflexionar en política.
Los candidatos deberán observar las redes sociales para forjarse una imagen, una buena identidad, acorde a sus acciones y propuestas de trabajo, que le genere una reputación intachable para ser una opción viable en una elección. Los partidos políticos deberán ser sensibles y comunicar con facilidad sus propuestas políticas, y el Estado puede informar de los logros obtenidos.
Las redes sociales permitirán la facilidad de dar a conocer las ofertas políticas, masificar el mensaje a toda clase de ciudadanos, lo que también generará una mayor visibilidad y transparencia, aunado a la mayor participación en las actividades de la política y del gobierno.
En ese avance democrático y de apertura, la medida adoptada auxilia eliminando contaminación, pues los pendones, las lonas, los adhesivos, no influían en la decisión del votante, pero si generaban basura. Y a la par, genera opciones de cercanía entre la política y el ciudadano. Por supuesto que esta nueva circunstancia habrá que regularla, pero si actuamos con responsabilidad, la ciudadanía contará con una herramienta efectiva de participación política.
Las redes sociales no aseguran votos, pero si generan oportunidades de comunicación ágil y creativa. Que sea de provecho. “La política debería ser la profesión a tiempo parcial de todo ciudadano” (Dwight D. Eisenhower). ¿Y tú, estás dispuesto a modernizarte y participar en política a través de las redes sociales? ¡Anímate! Sé responsable y participativo, de ti depende el futuro de nuestra Puebla.