Adolfo Gómez Gómez, un indígena tsotsil de 63 años, vendedor ambulante de collares en la ciudad turística de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, inculpado en la desaparición del menor Dylan Esaú, apareció muerto en el penal número 5, donde presuntamente se suicidó o ‘falleció por los golpes que le dieron’, informó su hija Nereida Gómez Sánchez.
Afuera de la Unidad Integral de Investigación y Justicia Restaurativa, donde acudió para que le fuera entregado el cadáver de su padre, Nereida narró que su familia, incluido su papá fallecido, su madre, Josefa Sánchez Gómez; su hermana María Hortencia Gómez Sánchez; y sus cuñadas Maribel Gómez Santiz y Juana Montejo González, se encuentran presas, debido a que la Fiscalía las acusa por el delito de trata de menores, pero son las madres de los 23 menores que fueron ‘rescatados’ durante un operativo con el que la Policía intentaba ubicar a Dylan.
Nereida explicó que, el pasado 15 de julio, su padre Adolfo fue detenido en el parque central de la ciudad, mientras vendía los collares artesanales que elaboraba y fue subido a una camioneta. Posteriormente, detuvieron a su madre Josefa, quien se encuentra internada en el penal de San Cristóbal de las Casas.
“Fue el día 17 de julio a las 7.30 de la mañana, cuando entró la Policía a la casa en el barrio Tlaxcala, diciendo que somos secuestradores. Es una casa humilde que rentamos en San Cristóbal de las Casas cinco familias, y allí estaban los 23 niños porque son nuestros hijos y sobrinos”.
Nereida señaló que entre los 23 menores se encuentran cinco de sus hijos.
“Somos familia todos, les puedo dar nombre por nombre de los niños, no somos secuestradores, ni traficantes de niños, tengo cinco hijos que también me los quitaron; mi cuñada tiene cuatro, la otra cuñada tiene siete hijos, y mi papá dejó dos pequeños, una pequeña está en el DIF.”
La mujer exigió a las autoridades la liberación de su madre, su hermana y sus dos cuñadas, así como de los menores.
Las cinco familias son indígenas tsotsiles, originarios de la comunidad Chigtón y Llano Alto del municipio de Ixtapa, todos vendedores ambulantes de artesanías.
Ayer, se presentaron en las instalaciones del DIF estatal de Chiapas Roberto Montejo y Guadalupe González, padres de Juana Montejo González, una de las inculpadas y presa en el penal de El Amate, para reclamar con actas de nacimiento la entrega de los menores.
Roberto Montejo González, hermano de Juana de 28 años, dijo que su hermana es inocente y que siete de los niños son sus hijos, entre ellos una bebé de tres meses, pero solo cinco cuentan con las actas de nacimiento.
“Pero estamos dispuestos a que las autoridades hagan la prueba de ADN para que compruebe que son sus hijos.”
De la familia Montejo González son doce niños, siete son hijos de Juana y cinco de su hermano Gilberto.
Con información de Alerta Chiapas
Foto: Captura de pantalla