A pesar de ser una de las figuras más destacadas del periodismo en los años 50, Carlos Denegri vivió el triunfo como una derrota, pues construyó su propio descenso al infierno, cerrándose puertas y destruyendo lo que amaba, condenándose así al abismo, aseguró Enrique Serna, quien convirtió a este periodista en el personaje central de su última novela, El vendedor de silencio.
En la presentación de su obra en la edición 33 de la Feria Nacional del Libro de la BUAP, el escritor mexicano Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2019, afirmó que Denegri es un personaje trágico. “Fue un periodista intoxicado de poder, pero ejercía con una prepotencia su oficio; innovó el género de crónica social con un estilo ligero y frívolo para plasmar a las élites como querían verse, por lo que se codeó con los millonarios de la época. No obstante, tenía un punto débil, un talón de Aquiles, que lo arrastraba hacia el despeñadero con más fuerza que la ambición”.
A lo largo de 488 páginas, Enrique Serna plasma la lucha interior de este personaje, cuya conciencia se envilece cada vez más. Se desquicia hasta el extremo, por ejemplo, de lazar a su sirvienta y llevarla a rastras por avenida Insurgentes a caballo. Además, era un alcohólico incontrolable, cometía escándalos en público después de tres copas de whisky.