Lic. César Sotomayor S.
La sociedad mercantil es una figura jurídica que permite que dos o más personas físicas o morales, se reúnan con un fin licito preponderantemente económico y con fines de lucro, es decir, efectuar actos de comercio para generar dinero. La característica más importante y por la que son reconocidas como entidades jurídicas, es que son independientes a los miembros que la integran, lo que es posibles debido a que cuentan con una personalidad y patrimonio propio e independiente.
Para pertenecer a una sociedad se debe realizar un aporte o inversión con el fin de obtener un beneficio económico. Se originan por medio de un contrato en el que dos o más personas aceptan la obligación de contribuir con un aporte para construir el capital social de la empresa, este será transformado en bienes que permitirán realizar la actividad comercial. Los beneficios de la empresa serán aprovechados por los socios, pero también sufrirán las pérdidas que puedan existir.
La Ley reconoce 7 tipos diferentes, en nombre colectivo, en comandita simple, de responsabilidad limitada, anónima, en comandita por acciones, corporativa y por acciones simplificadas. Entre las características básicas está el que actúan por cuenta propia con nombre en un domicilio determinado, tienen patrimonio y capacidades propias, deben contar con una acta constitutiva debidamente formalizada e inscrita en el registro del país correspondiente, tienen un interés o propósito común, su finalidad es obtener ganancias por medio de actos lucrativos comerciales, divide las pérdidas por riesgo de negocio entre los socios, cada socio debe aportar al patrimonio, ya sea con trabajo, bienes o capital, facilita la reunión de capital para desarrollar un negocio, cuenta con derechos y obligaciones, tienen un patrimonio activo y otro pasivo. El activo son los bienes y derechos y el pasivo las obligaciones y deudas, cuenta con un domicilio principal y puede contar con varios domicilios secundarios conocidos como sucursales.
Otras características de las sociedades mercantiles es que cuentan con nombre, denominación o razón social y es lo que permite identificarla y distinguirla de las demás, nacionalidad es aquella que establezca su país de origen y el domicilio que se ha establecido, dependerá de las leyes de su país de origen y por supuesto, de donde se ha domiciliado la sociedad, puede modificar su estructura las veces que lo necesite, puede dividirse, fusionarse con otra, cambiar de socios, cambiar sus actividades comerciales, cambiar sus estatutos e incorporar nuevos miembros. Todos los cambios deben ser informados en el registro donde fue constituida. Las sociedades también pueden disolverse, especialmente cuando los socios deciden dar por finalizada las actividades económicas. Existen diversos estatutos que regulan este proceso, como la liquidación, la cancelación de los pasivos y el reparto del dinero entre los socios según sus acciones.
El origen de las sociedades mercantiles se remonta a Roma, donde existían sociedades civiles primitivas que realizaban actividades económicas lucrativas. Con el tiempo evolucionaron a las que conocemos hoy en día. La ley romana reconocía entidades corporativas conocidas como colegios, corpus o universitas, en ellas se incluían grupos políticos, asociaciones privadas y gremios de artesanos o comerciantes. Estas asociaciones pueden realizar contratos, poseer propiedades, legar, demandar y ser demandados y realizar diferentes actos. La sociedad mercantil más antigua de la que se tiene registro es la comunidad minera Stora Kopparberg en Suecia y fue legalizada por el rey Magnus Eriksson en 1347. Cuando inició el medievo los comerciantes realizaban comercios por medio de asociaciones, que eran consideradas sociedades mercantiles. El concepto más antiguo de sociedad mercantil se conoce como Compañía y fueron autorizadas en el siglo XVII en Holanda e Inglaterra, emitían certificados en papel para probar la posesión de acciones y su posterior negocio en la Bolsa de Valores de Ámsterdam. Con el surgimiento del capitalismo, nacen las sociedades anónimas constituyendo la herramienta más adecuada para su desarrollo.
Las sociedades mercantiles tienen los mismos derechos y deberes que una persona física, pueden celebrar contratos, demandar o ser demandado, pedir préstamos, contratar empleados, poseer activos y pagar impuestos. Sin duda han permitido un acelerado crecimiento del comercio e intercambio de mercancías, son el instrumento más eficaz para hacer negocios, es una figura noble a la que sin duda hay que recurrir porque permite distinguir el patrimonio personal del que se aporta para la sociedad.