Humberto García Flores
Twitter es una reconocida red social donde se publican mensajes concretos, ideas, opiniones y noticias, las cuales tienen un gran potencial de audiencia que es alcanzado en un muy corto periodo de tiempo.
Estas características: audiencia e inmediatez, hace muy atractivo Twitter para los políticos, los electores y los medios de comunicación. Los primeros exponen sus políticas, los medios las hacen noticia y los electores emiten su opinión respecto a los dos anteriores.
Ha quedado demostrado en elecciones previas, desde B. Obama en 2008, que el papel de Twitter y otras redes sociales es primordial para persuadir a los electores indecisos a tomar una decisión respecto a su intención de voto.
Conocido es el caso de la empresa Cambridge Analytica que en 2016 contribuyó (con prácticas muy cuestionadas que la llevaron a desaparecer) a convencer a electores indecisos a votar por el candidato que sería presidente de los Estados Unidos de 2017 a 2021.
No es la excepción este año 2020, el discurso en redes sociales es intenso, acalorado y constante, durante 5 días han sido tendencia temas como #TrumpVsBiden, #Trump2020, #Biden2020, #EleccionesUSA2020 entre otros.
La cantidad de mensajes y la polarización del discurso dirigido a cada candidato es similar: duros cuestionamientos y críticas para cada uno desde la oposición de los electores, reflejo del voto dividido que hoy mantiene la elección estadounidense aún sin definirse.
Las redes sociales sin duda tienen una correlación de moderada a fuerte con la intención del voto, por lo que son una medida que no debe desestimarse acerca de lo que puede estar ocurriendo en las urnas, así lo han mostrado algunos estudios de elecciones federales pasadas en Europa.
El próximo año, para México en las elecciones de junio de 2021, las redes sociales jugarán una papel preponderante en las campañas electorales, habrá una notable polarización entre los electores y como ya se ha visto, una fuerte inyección de ruido para distraer la conversación.
Importante será centrarnos en la trayectoria, discurso y compromiso de cada candidato para formarse un criterio propio e intención de voto auténtica y no dejarse arrastrar por la conversación de las redes sociales.