Carolina Gómez Macfarland
Dicen que, dinero mata carita, verbo mata dinero, pero la risa, lo mata ¡todooo!!!
Reír parece tan sencillo, que a veces no nos detenemos a pensar qué hay detrás de ella. Y reímos sin saber todos los beneficios que podemos obtener.
Resulta que nos reímos cuando percibimos una incongruencia, algo inesperado, y cuando no sucede lo que racionalmente esperamos. Y aparece en situaciones tan diversas que es imposible encontrar un común denominador.
Pero es importante diferenciar entre la risa y el humor. Aunque la risa es universal y aparece tras una situación graciosa o inesperada, el humor puede variar de una cultura a otra, y dependerá también de la edad, o del género. Por eso lo que puede causar risa a unos, puede ser hasta ofensivo para otros, porque cada persona y sociedad, tiene historias y creencias diferentes.
De cualquier manera, la risa ha sido considerada como una manifestación humana de placer y hasta de libertad.
Reírse es un gesto que hace que nuestro cerebro libere dopamina, un neurotransmisor que nos produce sensación placentera, hace que se reduzca nuestro nivel de estrés y que nos sintamos mucho mejor. Pues está íntimamente ligada al sistema de recompensa que igualmente se activa con la comida, el sexo, algunas drogas y las relaciones sociales.
Todos somo capaces de reír, pues es una reacción innata y no un acto aprendido.
Las causas pueden ser muchas, la incongruencia, la sorpresa, el riesgo, algo prohibido o no socialmente aceptado y, que, en el momento justo, cuando la situación se torna diferente, perdemos el miedo y reímos.
Pues nos reímos más de las situaciones cotidianas que de los chistes, gracias a esa sensación de libertad.
Por otro lado, la risa es una emoción como todas las demás, por lo tanto, también se contagia y sirve entonces para facilitar la socialización. Reír junto con otros, indica ser parte del grupo, señala aceptación y deseos de colaboración, pues nos impregna de tranquilidad al sabernos fuera de peligro. Es prácticamente un idioma universal. Además de que reír, aumenta la autoestima de las personas y las hace más atractivas.
Así que podemos decir que la risa es mágica, ejercita nuestro cerebro y puede ser que nos haga más inteligentes. Hace que la creatividad y las soluciones a los problemas, surjan al despejar la mente de tanta ansiedad.
Ahora, sumemos a la risa, todos los beneficios que ejerce sobre la salud física , estimula el sistema inmune, acelera el ritmo cardiaco, quema calorías, aumenta el aporte de oxígeno al cerebro, reduce la cantidad de glucosa en sangre, disminuye la presión arterial y puede incrementar el umbral de dolor.
Es tan importante para el ser humano, que el Dr. Madan Kataria, fundador del movimiento de la Yoga de la Risa, consideró crear un día mundial de la risa, para que recordemos y hagamos un balance de todas aquellas cosas que nos hacen más felices. Y se celebra, por cierto, el primer domingo de mayo.
Tal vez, en algunas ocasiones, reír pueda resultar absurdo y hasta ofensivo para algunos, sin embargo, lo necesitamos para vivir.
Porque reír no implica necesariamente una burla, es una estupenda medicina que permite relajarnos, tomar distancia de una situación adversa, y poder así dimensionarla con mas claridad para lograr tomar una postura más adecuada ante ella.
Hoy en día, vivimos una situación más que tensa, es peligrosa e impera la incertidumbre. Esto produce, al contrario de la risa y el humor, sustancias que, en grandes cantidades y liberadas por un tiempo prolongado, provocan un gran daño a nuestra salud, dificultades para procesar la información que recibimos cada día, para tomar decisiones correctas, y para mantener relaciones funcionales.
Así que, sin temor a equivocarme, puedo decirles que es justo ahora cuando más necesitamos del humor y por supuesto, de reír mucho.
Todo esto me lo dijo una señora tan chiquita, tan chiquita, tan chiquita, que cuando se sentaba en la banqueta, le colgaban los pies…
Y RECUERDEN, TODO SALDRÁ BIEN AL FINAL, Y SI LAS COSAS NO ESTÁN BIEN, ENTONCES, TODAVÍA NO ES EL FINAL.