Leticia Montagner
Dicen los expertos en mercadotecnia que es más fácil ponerle el nombre a un hijo que a un automóvil.
Pero sin duda, ese es su problema y para ello les pagan. Hay que imaginar que el nombre de un auto debe sonar bien, ser de fácil recuerdo y debe encajar a la situación y lenguaje de cada país.
La empresa Volkswagen es un claro ejemplo de lo anterior, a propósito de la fabricación del último auto llamado Golf en la fábrica de Puebla el pasado 25 de febrero.
Según la publicación Motor Pasión, hubo 17 veces que la VW ha tenido que rebautizar alguno de sus modelos en México.
Por ejemplo, tenían el nombre de Atlas, pero existe un equipo de futbol con ese nombre. Otro, era Fox, pero se refería al apellido del entonces Presidente Vicente Fox y lo cambiaron a Lupo.
También cuidan las connotaciones y significados. A los mexicanos les causaría risa y seguramente no comprarían un Nissan Moco o un Mazda Laputa. La VW pensó en otro nombre: Parati. ¿Para mí? ¿Para quién? Le cambiaron el nombre a Pointer Sport Wagon y fin del problema.
El mejor ejemplo es, desde luego, el Volkswagen Sedán. Globalmente se le conoce como Beetle, pero cada país lo bautizó como quiso. Tuvo más de 70 nombres distintos alrededor del mundo como Bug, Fusca, Sapito, Poncho, Cepillo, Buba, Käfer, Pulga, Foxi y por supuesto, Vocho, sin ser el nombre oficial.
El mercado también ha orillado a VW a tomar decisiones de este tipo. La quinta generación del Jetta apareció cuando la cuarta todavía vivía un gran momento en México. En lugar de reemplazarla, la puso a la venta con otro nombre. Así, el Jetta IV, que más tarde se convertiría en un clásico, siguió su carrera, mientras el Jetta V se abría paso bautizado como Bora. El Atlantic en realidad era la primera generación del Volkswagen Jetta.
En ocasiones, ni el idioma, ni la política, ni la sociedad, tienen razones. Los expertos buscan rebautizar a sus modelos, porque creen que otro nombre puede funcionar mejor de manera local.
En el pasado sucedía constantemente, pues no había globalización. Pocos sabían que el Caribe se llamaba Golf, que el Corsar era un Passat y que el Atlantic era un Jetta.
Otros ejemplos existieron: el Caribe en EU se llamó Rabbit; la Combi en Alemania era Transporter, en EU era Bus y en Brasil Kombi; el Safari en Alemania era Typ 181 y en EU se llamó Thing; el Corsar en Alemania era Passat, Quantum en EU y Santana en Brasil; el Gol en Brasil era Voyage; el Pointer se llamó Saveiro y el Pointer SW se llamó Parati, ambos en Brasil.
Nombres de vehículos vemos, destinos no sabemos.