Por Ernesto Ordaz Moreno
“La confianza ha de darnos la paz. No basta la buena fe, es preciso mostrarla, porque los hombres siempre ven y pocas veces piensan”
Simón Bolívar
Los mexicanos debemos trabajar en recuperar la confianza. Orden, disciplina, método y verdad son ingredientes necesarios para ello. Si mantenemos las mismas actitudes, sin esfuerzo, ni una meta y ruta crítica definida, las consecuencias serán el desastre total, incluso la desaparición de lo que hasta ahora identificamos como México y nuestra identidad nacional.
En algún momento de nuestras vidas queremos la seguridad que otorga la estabilidad generada en la confianza. Por ello seguimos normas, reglas, así como nos regimos por principios inherentes al Derecho y a la ética; y, por ende, defendemos la verdad, pues ésta se vincula a la realidad, sin importar lo cruda y difícil que sea ésta. La realidad se vive, se enfrenta, la mentira nos aleja de la realidad.
Nos hemos mantenido tanto tiempo en un círculo vicioso de mentiras que nuestra percepción está distorsionada. Se ha vuelto usual que nos engañen en todas las acciones de la vida cotidiana, así en lo comercial, en lo social, en lo político. Frases cotidianas como: “El que no transa no avanza” reflejan esta desafortunada realidad. “Se necesitan 20 años para construir una buena reputación y cinco minutos para arruinarla” Warren Buffet. Si, trágico, pero esa es nuestra realidad.
Debemos ponerle un fin a este círculo vicioso de mentiras, por ello, la oferta electoral de acabar con la corrupción resulta tan efectiva, sin embargo, hay que pasar del discurso a los hechos. Incluso, en los ámbitos económicos y de inversiones, la confianza es fundamental, sin ella, no hay negocios ni inversiones. La confianza genera estabilidad, la estabilidad invita a la inversión y así, hay prosperidad.
Hoy, más que nunca, debemos poner atención en la verdad como un valor indispensable, pues los avances tecnológicos en todos los aspectos, principalmente, en comunicación, servicios y procesos productivos caminan a pasos agigantados, vertiginosos, y las personas deben estar preparados para su uso habitual.
Nuestro país y cada uno de nosotros los mexicanos estamos interconectados con todo el mundo, no podemos visualizarnos aisladamente ni ajenos a la aldea global. Es por esta razón que debemos invertir en capital humano, para renovarnos, innovar y ser competitivos en el mercado mundial. Y para ello, se requiere actualizar el valor de la confianza.
La pandemia nos ha otorgado una oportunidad para trabajar en restaurar la confianza, fijar el rumbo que anhelamos como nación, como sociedad, ser éticos y responsables para ser más productivos, con orden y método. La sociedad anhela confiar en las autoridades, en sus líderes, en sus conciudadanos, en el futuro.
“El pegamento que mantiene todas las relaciones unidas, incluyendo la relación entre el líder y el seguidor, es la confianza, y la confianza se basa en la integridad.” Brian Tracy