Por Marcos Rodríguez del Castillo
Como consecuencia de la desconfianza histórica que hay en nuestro país hacia los procesos electorales, la norma ha impuesto una serie de candados que dan certeza a la realización de las elecciones en México.
En primer lugar hay que mencionar a los productos registrales, ya que tanto el padrón electoral como el listado nominal de electores son instrumentos confiables, que son verificados permanentemente por funcionarios del INE y representantes de partidos políticos. Su cobertura es mayor al 98 por ciento, lo que significa que más de 98 de cada 100 ciudadanos en México cuenta con credencial para votar.
Otro elemento fundamental es que las casillas electorales son operadas para su funcionamiento por ciudadanos escogidos al azar. Los presidentes, secretarios y escrutadores de cada mesa directiva son nuestros vecinos previamente capacitados por el INE para desarrollar sus funciones, es decir, no es el gobierno, ni el INE, ni mucho menos los partidos quienes reciben y cuentan los votos.
A cada elector, después de emitir su voto, se le aplica líquido indeleble en el dedo pulgar derecho, lo que evita que el sufragio pueda ser emitido más de una vez.
Cada persona vota con la credencial que le expidió el INE, ya que la mesa directiva cuenta con un listado nominal con fotografía de todos los electores que van a votar en cada casilla, es falso que alguien pueda votar con la credencial de alguien más.
El Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), permite a los interesados conocer los resultados de los votos emitidos en las casillas a partir de las 8 de la noche del mismo día de la elección, además de colocar en internet una fotografía de cada acta.
Votemos este 6 de junio con certeza y con cuidado a nuestra salud y a la de los demás. Usa cubrebocas en todo momento dentro de la casilla.