Por Roberto Quintero
Los efectos de industria 4.0 son cada vez más evidentes en las empresas, la necesidad de incorporar tecnología será la diferencia entre las empresas que permanezcan a lo largo del tiempo, contra las que desaparezcan.
Chema Alonso, director de la Unidad de Consumo Digital de Telefónica afirma que «Las empresas que no integren la inteligencia artificial, se convertirán en dinosaurios».
Incorporar inteligencia artificial en todo emprendimiento deja de ser un capricho o una ventaja competitiva para convertirse en un must, una obligación para poder permanecer en el mercado.
Incluso será necesario replantearnos la vigencia de nuestro modelo de negocio ante las nuevas tecnologías y tendencias de consumo.
La inteligencia artificial ve sus inicios en la computadora «deep blue» de IBM en el año 1996, la cual tenía la capacidad de jugar ajedrez contra otros contrincantes y contra ella misma y lo más importante, aprender de aciertos y errores de cada juego es decir generaba nuevo conocimiento a partir de sus propias experiencias.
La inteligencia artificial se define como la capacidad de una máquina, a través de sus procesadores y software, de aprender y generar conocimiento.
Hemos escuchado muchas veces que debemos escuchar al cliente para aprender de él, parece que el futuro será que sean nuestras computadoras las que aprendan pero no del cliente, sino del algoritmo de la conducta del cliente y a partir de ello se tomen las decisiones de negocio.
La inteligencia artificial nos ayudará en las siguientes áreas de la empresa:
1. Procesos, los cuales se vuelven más eficientes, certeros y de calidad si son realizadas mediante base tecnológica.
2. Crecimiento, es común que el crecer de manera errónea y desorganizada sea lo que mate a un emprendimiento, si el crecimiento se hace con la objetividad que ofrece la inteligencia artificial, los riesgos en tomar malas decisiones de crecimiento se disminuyen considerablemente.
3. Costos, la inteligencia artificial genera valor utilizando menos recursos que en la manera tradicional en la cual participan los seres humanos.
4. Seguridad, a diferencia del humano, las máquinas no se equivocan y nos dan certeza de la información generada.
5. Personalización: la inteligencia artificial tiene la capacidad de conocer a detalle a nuestros clientes y de crear propuestas de valor a un nivel de personalización que los humanos no podemos con esa rapidez y volumen de información.
Esto no quiere decir que debemos menospreciar el talento humano, recordemos que las empresas son hechas por y para las personas, más bien se refiere a que las máquinas hagan tareas donde el humano no es competitivo y la persona genere valor donde sí lo es y donde el trabajo lo dignifique.
Parece que no hay pretexto, empresas pequeñas y grandes, startups, y unicornios, todos deberán incorporar, paralelo al talento humano, la inteligencia artificial para no convertirse en dinosaurios en el ecosistema emprendedor.
Y tú ¿lo estás haciendo?