Carolina Gómez MacFarland
¡Prohibido!!
¡De eso no se habla!!, cómo se hacen los bebés, porque está cambiando mi cuerpo, porqué se besan en los labios las personas, porqué dos hombres se toman de la mano, porqué mi hermano no hace lo mismo que yo. Y muchas preguntas más que si tenemos suerte serán contestadas en algún momento de nuestra vida, y si todavía nos va mejor, serán respondidas adecuadamente en el momento justo.
El tema de la sexualidad es un asunto complicado, donde se incluyen los roles de cada género aprendidos en una determinada cultura, el desarrollo del cuerpo, la concepción, la autoestima, las enfermedades, y sobre todo las creencias que se tienen de cada uno de estos tópicos, y que no siempre son las indicadas.
Generalmente asociamos la sexualidad solo con las relaciones íntimas entre dos personas, aun cuando se refiere a todo un mundo de asuntos que definitivamente influyen en la vida cotidiana, ocasionando en muchas ocasiones tanta confusión que se pone en riesgo hasta la vida de un individuo.
Las ideas equivocadas al respecto ocasionan problemas familiares, de pareja, de crianza, laborales, religiosas, sociales, políticas y culturales, cuando no son abordadas de forma adecuada.
Pero, ¿qué es lo adecuado en la sexualidad? ¿qué ha representado para mí ser hombre o ser mujer? ¿de dónde viene tanta angustia al hablar del tema? ¿por qué tantas y tantas diferencias entre un género y otro? Maestrías, doctorados e innumerables investigaciones se enfocan en este tema, intentando conocer más sobre él, sobre los efectos que produce en la vida del hombre, de explicar de todas las formas posibles de qué trata, y la importancia de trabajar sobre ella en todos los aspectos para ayudar al desarrollo integral de una persona.
Pues aun se desconoce el origen de tanto miedo a su alrededor. Nadie sabe todavía cómo es que llegamos a este punto de satanizar un evento tan importante y con toda la evidencia de que, si no es aprendido y visto como debe ser, provoca problemas y hasta la muerte, solo por ignorar la elemental información respecto a nuestro organismo y a nuestros roles.
Roles desconocidos y que, en un intento por vivir con equidad en cuanto a derechos humanos, se vuelven más confusos todavía. Rol de hombre o de mujer, identificación de los diferentes sexos con los géneros del otro, o de plano falta de identificación con alguno de ellos. Son asuntos con los que lidiamos hoy en día, y que paradójicamente generan más controversia, sin garantizar información clara o útil.
Durante siglos, las creencias rígidas y poco congruentes relacionadas con la sexualidad, han ocasionados diversas alteraciones como depresión, ansiedad, ira, graves e incurables enfermedades en el organismo e incluso la muerte, solo por desconocer los peligros de no cuidar la salud, la autoestima, de no investigar, preguntar, o conocer lo más elemental acerca de cómo funciona nuestro cuerpo, nuestras emociones, o cuáles son nuestros derechos.
La sexualidad es un tema del que debemos informarnos, hablar y seguir trabajando para evitar que tantos conflictos se sigan presentando, debates sobre si es o no necesario enseñar los detalles del desarrollo a los niños, si debemos o no aceptar roles distintos a los establecidos en hombres y mujeres, de si debemos cambiar nuestro lenguaje sobre el género, de si es correcta una relación de personas del mismo sexo, por mencionar algunos, se han dado cada vez con más frecuencia, sin embargo, las molestias siguen presentes, el miedo, la vergüenza y la culpa aún continúan causando estragos en nuestra vida.
En la actualidad y sobre todo en nuestra cultura latina, que se resiste al cambio y a la apertura sobre diversos y controvertidos temas, es importante y muy urgente que los niños y sus padres, y en general toda la comunidad, estén bien informados sobre todo lo que representa la sexualidad, desde su desarrollo hasta una buena autoestima, y el fortalecimiento de la congruencia interna.
Perdemos el centro de todo, perdemos vidas, perdemos tranquilidad, perdemos la habilidad de pensar y analizar que la sexualidad es necesaria, que los roles deben tenerse claros, que no implica devaluar a unos o a otros, que la humanidad sigue existiendo gracias a ella, pero que no necesita lastimarse más por minimizar o manejar equivocadamente este punto.
El disfrute del encuentro con el otro, el acercamiento con el otro, no bebe ser visto como algo impúdico o irrespetuoso, es un proceso necesario que ayuda a nuestro sano crecimiento, a aumentar el amor y respeto propios y a la congruencia existencial que tanto necesitamos.
Cierto es que además de limitar el concepto de sexualidad a las relaciones íntimas, también encontramos comportamientos puramente animales, primitivos, que en los seres humanos representan una literal agresión, comportamientos antisociales y que rompen cualquier cantidad de valores necesarios e indispensables para una relación armónica entre individuos.
Y que, gracias a estos estados alterados y faltos de conciencia y responsabilidad, hacen que veamos a la sexualidad cada vez con más miedo y hasta con repugnancia.
Sin embargo, aún con todas estas situaciones que se desvían de lo esperado y que lastiman a más de uno, la sexualidad existe, y debe ser por esta y otras causas, atendida a tiempo, con profesionalismo y con mucha seriedad. Entender que no ganamos nada con esconderlo y poner en riesgo a nuestros hijos.
Si bien las confusiones y miedos continúan, cada vez hay más personas y sobre todo padres de familia dispuestos a cambiar, a sumergirse en este tan escabroso tema para ampliar sus propios conocimientos, mejorar la crianza de sus hijos y vivir con más congruencia.
Harán falta entonces mejores programas que se destinen a abordar claramente este tema, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas, de los niños y adolescentes que nadan en la incertidumbre y en la imposibilidad de manejarse con seguridad, debido a la ignorancia en que viven ellos y sus padres o maestros.
Pero, sobre todo, hace falta la disposición de los adultos para abrirse, aprender y comprender que su propia sexualidad es un aspecto de la vida que los resignificará y les mantendrá viviendo con más conciencia de dignidad, con más claridad y sobre todo libres para poder crecer y desarrollar sus proyectos.
Y recuerden, todo saldrá bien al final, y si las cosas no están bien, entonces, todavía no es el final.
Foto: Freepik