Un doble escaneo, uno realizado antes de la pandemia y otro en los peores meses de la crisis, mostró que los infectados por el coronavirus tienen cambios en el cerebro que no se han registrado entre quienes han escapado al virus.
El estudio reveló que el descenso de materia gris es generalizado y que las áreas más afectadas son las relacionadas con el olfato. Los autores no saben si los daños son provocados por el virus o son consecuencia de la enfermedad. Tampoco saben si temporales o serán para siempre.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford en el Reino Unido, analizó las imágenes del cerebro de 800 británicos, las mismas personas en distintos momentos. La mitad de los participantes tuvieron COVID-19 entre una resonancia y otra, tomadas con más de 3 años de diferencia y permitió comparar los cambios en el cerebro y cotejarlos con imágenes de los no afectados.
Los resultados, publicados en la revista inglesa Nature, mostraron que los infectados tenían una mayor pérdida de materia gris y más alteraciones en los tejidos cerebrales. Las diferencias eran más grandes en las partes del cerebro que intervienen en el sentido del olfato. Todos los cambios destacaron entre los mayores de edad.
La Investigadora de Neurociencia Clínica de Oxford, Gwenaëlle Douaud, destacó que han visto diferencias en regiones no relacionadas con el sentido del olfato. En el volumen global cerebral, hubo una pérdida adicional de un 0.3 % y entre los participantes infectados hasta del 2 %.
Las personas afectadas realizaron pruebas como las que hacen quienes tienen enfermedades neurodegenerativas o tras un trauma cerebral. Los enfermos de Covid superaron los exámenes, pero mostraron un mayor declive en sus habilidades mentales para ejecutar tareas complejas, comentó Douaud.
Existen tres posibilidades que explicarían los cambios en el cerebro de los afectados: La acción directa del virus sobre el sistema nervioso central; la inflamación que acompaña a la respuesta inmune y la propagación del patógeno por la mucosa olfativa en la nariz que mata neuronas olfativas y células que provocan la pérdida del olfato, lo cual provocara una atrofia, por falta de uso del circuito cerebral encargado de procesar los olores.
Periodista. Catedrática de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la BUAP. Pionera en Puebla de noticiarios y programas de radio con perspectiva de género desde 1997.