El pasado lunes 19 de septiembre realizaron el “Simulacro 2022” diversas entidades públicas para conmemorar el Día de la Protección Civil y el 35 aniversario del sismo de 1985, un acontecimiento que cambió la vida de miles de mexicanos, por las consecuencias trágicas que representó.
Desde entonces, la prevención en nuestro país y estado, ha sido una herramienta ante desastres ocasionados por fenómenos naturales.
El terremoto que hace tres décadas alcanzó una magnitud de 8.1 grados en la escala Richter, afectó gravemente la infraestructura urbana, viviendas, edificios y mostró la fragilidad de la vida humana, cifras señalan que la cantidad de fallecidos pudo ser de 40 mil personas aproximadamente.
Sin protocolos de acción y cultura de la protección civil fue muy difícil para la población mexicana enfrentar esta catástrofe, misma que quedó registrada en la memoria de los sobrevivientes y en la historia de México.
La cantidad de personas que perdieron la vida tal vez pudo ser menor con el conocimiento adecuado sobre qué hacer en caso de un terremoto, es por ello que desde diversos ámbitos se deben seguir impulsado acciones que promuevan la protección de la sociedad ante este tipo de sucesos.
Esta es la principal tarea del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), creada tres años después del sismo en mención, encargado de realizar investigaciones sobre el comportamiento y las consecuencias de los causantes de desastres, una entidad útil para promover acciones que permitan disminuir los saldos trágicos.
A esta institución se le debe mucho de la cultura de la prevención que tiene la sociedad mexicana y poblana.
Por desgracia, el CENAPRED ha sufrido recortes presupuestales de alrededor del 30 por ciento en comparación con lo que se destinó en 2018, a pesar de su importante labor.
Puebla no ha sido ajena a la fuerza de la naturaleza, la cercanía con el volcán Popocatépetl, las lluvias torrenciales que generan deslaves e inundaciones han hecho que la cultura de la protección civil en la entidad tenga arraigo en la población. A su vez, al encontrarnos en una zona sísmica, la ocurrencia de estos fenómenos es más frecuente.
Confío en que este importante centro prevalezca, recordemos que la cultura de la prevención se traduce en una menor pérdida de vidas humanas, y refleja la madurez del país, al consolidar instituciones que son indispensables para las y los mexicanos.