Por Adriana Colchado
Así es, el título dice “Secta” Trevi-Andrade porque ¿de qué otra manera se le puede llamar a una organización que violenta a sus miembros al tiempo que los induce a hacerle lo mismo a otros y mentir al exterior sobre sus prácticas?
La demanda civil que enfrenta la cantante Gloria Trevi en Estados Unidos, aunada a la demanda que ella interpuso contra el comediante Chumel Torres por daño moral, ha enardecido el fuego del chisme más grande que ha existido en la farándula mexicana, el famosísimo Clan Trevi – Andrade.
En este caso el debate ya no es sobre si Gloria es o no culpable porque las cosas están más que claras: fue una víctima que se convirtió en victimaria, un fenómeno que ocurre en casi todos los cultos, pues a ella y a las otras 11 mujeres conocidas (María Raquenel Portillo mejor conocida como “Mary boquitas”, Karina Yapor, Aline Hernández, Liliana Regueiro, las hermanas Karla, Karola y Katia de la Cuesta, Marlene Calderón, Sonia Ríos, Wendy Castello y Tamara Zúñiga) se les prometió que los abusos eran parte del proceso para convertirse en una estrella pop.
En este momento es preciso aclarar una cosa: el tiempo que Gloria estuvo en prisión fue consecuencia de una sola demanda hecha por una sola de las víctimas en México.
Hoy la intérprete de “pelo suelto” y el productor musical Sergio Andrade, enfrentan dos demandas civiles en California, procesos donde la identidad de las víctimas se está protegiendo, ósea, no sabemos exactamente quiénes están demandando (aunque nos lo imaginemos). Lo que sí sabemos es que las víctimas tenían 13 y 15 años cuando Trevi las invitó a un programa de formación de cantantes; y que el abuso sexual del que acusan fue parte, ocurrió precisamente en Los Ángeles California, por lo que el delito aún prescribe.
Aquí también cabe mencionar que al tratarse de una demanda civil las víctimas van por dinero -nada que criticar, están en su derecho- y aún no existe una demanda penal, algo que no podemos descartar y que, de hacerse realidad, podría costarle años de libertad.
Según la revista Rolling Stones, la demanda incluye conversaciones entre una de las demandantes y Gloria Trevi donde la cantante le decía textualmente: “No quiero que te vayas, tienes que ir a hablar con Sergio, hacer lo que sea necesario, lo que sea que te pida, por favor hazlo, porque quiero que te quedes. Imagínate si te vas, perderás esta oportunidad y ahora somos tan buenas amigas, no quiero perderte, no quiero perderte” … Sin palabras.
Las demandantes afirman que Gloria era cómplice de Andrade pues las preparaba para convertirse en sus esclavas sexuales. Y sí, la gran estrella fungió como proveedora para su culto sexual, consciente o inconscientemente, esa es la realidad y lo más probable, es que sea encontrada culpable por ello.
La historia es muy bien conocida: a mediados de los 80´s el productor musical Sergio Andrade tenía una escuela de talentos (por cierto, legalmente constituida), desde donde reclutaba mujeres jóvenes con la promesa de convertirlas en estrellas, lo cual era una fachada para los abusos y delitos que cometía. Este fue el contexto desde donde despegó la carrera de Gloria Trevi, quien tenía 14 años cuando se unió al grupo.
Se sabe que la presencia de Gloria en este clan fue el mayor gancho para atraer a niñas y a padres que aspiraban a la fama, pues su éxito le daba legitimidad y hasta respaldaba las prácticas inusuales que ocurrían al interior de la “escuela”, tales como el aislamiento y el trabajo en exceso.
El modus operandi de Sergio es casi cultura general en México: enganchaba a adolescentes de 12 a 16 años y les daba formación musical: aprendían a tocar el piano, a vocalizar, a bailar y a todo lo necesario para pararse en un escenario.. pero todo a base de violencia, tortura, humillación y abuso sexual. Sí, las golpeaba, las dejaba sin comer, las sometía a todo tipo de bajezas para anular su voluntad, y condicionaba su favoritismo a favores sexuales.
Andrade contrajo matrimonio y tuvo al menos 6 hijos con varias de ellas cuando eran menores de edad y las obligó a practicarse múltiples abortos – según declaraciones de una de las víctimas. Les lavó el cerebro para que mantuvieran en secreto lo que ocurría al interior de su secta y a ser autoras de algunos de los mismos agravios de los que también fueron víctimas.
Todo estalló cuando Aline Hernández publicó su autobiografía “La Gloria por el infierno” en 1997, donde detallaba las atrocidades que se cometían allí, lo que obligó a este rufián a huir a Brasil junto con todas sus novias y esposas. Fue en río de Janeiro donde ocurrió uno de los episodios más trágicos de esta historia: la muerte de Ana Dalay y la desaparición de su cuerpo.
Hace casi veintitrés años, en marzo de 1999 Gloria fue acusada de los delitos de rapto y corrupción de menores por una demanda interpuesta por los padres de Karina Yapor ante la Procuraduría de Justicia de Chihuahua; Gloria, Sergio y Mary fueron detenidos en Brasil en el 2000. Trevi cumplió 4 años y 8 meses de prisión preventiva, pero – al no existir suficientes pruebas según la justicia mexicana – finalmente la liberaron y exoneraron.
Ahora viene “el recuento de los daños”:
Por más inocente que se proclame, Gloria tiene cola que le pisen y si quiere salir bien librada tiene que hablar claramente sobre lo que ocurrió, aceptar que sabía de los abusos, que mantuvo silencio, pero proclamarse como una víctima más. Debe aliarse con las demás, no invalidar su sufrimiento.
No hay que perder de vista que el gran culpable, el adulto depredador es y será siempre Sergio Andrade, quien con su carisma, talento y retórica de “Rey Midas” creó un culto alrededor de él utilizando la imagen de su única estrella.
El tema tiene un millón de detalles escabrosos y no acabaríamos de comentarlo, pero estoy segura que más pronto que tarde, volveremos a hablar de esto, pues este juicio promete ser el próximo Heard-Depp, televisado y toda la cosa.
Agradecimiento especial a mi cuñada, experta en el tema.
Hasta aquí el chisme, lo viral, el tamal con crema… y también con pasas.