Por Adriana Colchado
Yuridia se cansó de que su peso sea tema de conversación y por fin le respondió a Paty Chapoy sobre los comentarios gordofóbicos de los que ha sido víctima por parte de los miembros de Ventaneando desde que era apenas una participante de La Academia.
Si no lo sabe aún, se lo cuento. En su intento de incursionar en el escenario digital y darle batalla a programas como el de Yordi Rosado, Paty Chapoy, ícono del chisme en México -digo, de la comunicación de espectáculos- creó un canal en YouTube para platicar con celebridades. Fue en este espacio donde, acompañada de Alex Montiel mejor conocido como “El Escoprión Dorado”- reavivó su polémica relación con Yuridia haciendo los mismos comentarios de siempre sobre el peso de la cantante.
Lo que la señora del cotilleo dijo de manera muy normal y despreocupada fue que, como en Ventaneando siempre se habló de que “era tremenda cantante, pero estaba gorda”, ahora Yuridia nunca acepta entrevistas para el programa.
Bueno, pues esta vez la intérprete de “Amigos no por favor” no se quedó callada y a través de su cuenta en TikTok, por fin se pronunció sobre este asunto que la ha acompañado durante toda su carrera. Admitió que toda la conversación que se generó sobre su imagen le afectó a tal punto que consideró “dejar de existir” y que estos personajes que se atrevieron a comentar a nivel nacional sobre ella, serán siempre parte de la etapa más oscura de su vida.
Y si hacemos memoria, es verdad. Desde que cantaba “Ángel” en el Escenario de La Academia hasta ahora, toda la historia de Yuridia se ha construido a base del bodyshaming; que si estaba gorda, que si bajaba de peso, que si la ropa que usaba no le favorecía… y aunque el diálogo se transformó hacia una historia de éxito, sigue presente la alusión al peso: “rompió esquemas”, “triunfó a pesar de…”
En las redes circulan varios videos de entrevistas y reportajes que hizo Ventaneando sobre ella y en casi todos hay un común denominador: un discurso gordofóbico que tiene como prólogo un cumplido sobre su talento. La fórmula es decir algo sobre su voz privilegiada, para inmediatamente después insultarla, discriminarla y humillarla por el tamaño de su cuerpo.
Obviamente todo el séquito que está actualmente al frente del programa, hizo contrarréplica y en lugar de salir a disculparse, prácticamente le echaron la culpa “por no soportar”. Dijeron que como figura pública debe estar consciente de que no siempre se hablará bien de ella y que su imagen es tema de interés.
Lo que estas personas no terminan de entender es que con sus palabras despectivas no solo afectaron el autoestima y salud mental de una mujer joven que recién iba enfrentándose a la fama, sino que iniciaron un diálogo alrededor de su físico que muy seguramente está relacionado con la fobia social que hoy padece y de la que hoy, también la critican.
En su momento Ventaneando fue el programa líder en espectáculos en México; ahí era donde se construía una gran parte de la reputación de los artistas. Así que escuchar la voz de Paty Chapoy decir que fulanita de tal era insoportable (o cualquier otro adjetivo descalificativo), sí repercutía en su carrera. Lo sabemos y no digan que no, aunque les de penita admitirlo, todos los mexicanos hemos visto Ventanenado al menos una vez en la vida.
Y hasta hoy, con todo y lluvia de críticas, no pueden reconocer que erraron con sus palabras y no tienen la humildad para decir en vivo “Perdón, nunca debí relacionar tu trabajo con tu peso”, lo que sería un mensaje muy poderoso para la audiencia mexicana. Sería reafirmar lo que hace tiempo venimos exigiendo: no se habla sobre cuerpos ajenos.
Y es que estamos demasiado acostumbrados a referirnos sobre las características físicas de otros como algo intrínseco a su personalidad, sobre todo en el caso de las mujeres.
Siendo muy claros, el sobrepeso es algo que le puede pasar a cualquier ser humano, sin embargo, es peor visto y más criticado cuando está en un cuerpo femenino simplemente porque cumplir con los estándares de belleza que nos impusieron los hombres, sigue siendo algo que nos atormenta a la mayoría de las mujeres, por muy deconstruidas que estemos.
Ser delgadas y atractivas es necesario para nosotras, aunque nuestra lógica y razón nos digan que no, son ideas que aún rondan por nuestra mente o que en algún momento de nuestra vida han tenido parte para la construcción de nuestro autoestima.
Y si eso nos pasa a mujeres que llevamos una vida privada, imagínense ser una mujer pública y nunca alcanzar la perfección que se exige en redes sociales.
Hace apenas unos días la talentosísima Michelle Rodríguez también puso este tema sobre la mesa luego de que le llovieran insultos sobre la portada de la revista Marie Claire para la que posó en ropa interior.
Neta, ¿cuál es la necesidad de hablar sobre el físico de otros?, ¿decirle fea a alguien te hace más guapo? No, pero sí te hace una persona horrible.
Ciertamente pedir disculpas públicas por comentarios hirientes que se hicieron cuando la gordofobia estaba más normalizada no borra el dolor que provocaron, pero demuestra que existe voluntad para cambiar el discurso y las formas para hablar sobre espectáculos de manera crítica y divertida pero al mismo tiempo, respetuosa y responsable.
Hasta aquí el chisme, lo viral, el tamal con crema… y también con pasas.