Seguramente has escuchado recientemente la primera experiencia de los usuarios de la plataforma de inteligencia artificial Chat GPT (Generative Pre-trained Transformer), la cual incluso podría llegar a desplazar a Google como la herramienta que todo el mundo usa para investigar casi de todo. Google, por su parte, ha desarrollado con algunos tropiezos a Bard como rival de Chat GPT.
En la tercera revolución industrial, los grandes avances tecnológicos fueron la computadora, los sistemas operativos, y el internet. En esta cuarta revolución industrial, la inteligencia artificial marcará la pauta de la integración de la persona con las nuevas tecnologías.
Chat GPT es un robot conversacional creado por Open AI, una empresa de investigación de inteligencia artificial sin fines de lucro creada en el año 2015 por Ellon Musk (Tesla, Space X y ahora Twitter) y Sam Altman (Y Combinator), que busca que la tecnología se desarrolle de forma segura y que sus beneficios se distribuyan de forma equitativa para todos.
Cabe mencionar que, en el año 2018, Elon Musk decide retirarse como inversionista del proyecto y, un año más tarde, Microsoft (Bill Gates) invierte 10 mil millones de dólares en Open AI.
Una mujer, Mina Murati, de 35 años de edad, de origen estadounidense y chief technology officer de Open AI, es quien lidera el proyecto de Chat GPT.
En términos generales Chat GPT es una plataforma de inteligencia artificial que utiliza técnicas avanzadas de procesamiento de lenguaje natural para responder preguntas, mantener conversaciones, y crear textos coherentes y relevantes en casi cualquier tema.
Isaac Asimov, autor estadounidense y maestro de la ciencia ficción, propone en la década de los cincuentas las tres reglas que deberán aplicar a los robots y aplica a un robot conversacional como Chat GPT:
- “Un robot no puede dañar a un ser humano ni por inacción, permitir que un ser humano sufra daño”.
- “Un robot debe cumplir las órdenes de los seres humanos, excepto si dichas órdenes entran en conflicto con la Primera Ley”.
- “Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que ello no entre en conflicto con la primera o segunda leyes”.
Estas tres leyes buscan una protección para la persona ante una criatura que puede ser mucho más fuerte y superior, como en el caso de la inteligencia artificial. En teoría, el robot no debe escapar del margen establecido por su programador, que le impide el acceso a la imaginación, la gran diferencia entre la persona y la máquina que él mismo ha creado.
La inteligencia artificial representa un enorme dilema ético en el día a día, del ámbito laboral y de la educación, entre otros.
¿Es aceptable iniciar empresas que no generen un solo empleo para la comunidad y operen únicamente con robots?
¿Hasta qué punto es adecuado utilizar la inteligencia artificial en el proceso de enseñanza/aprendizaje?
¿Llegará el momento en que incluso los programadores sean sustituidos por inteligencia artificial?
¿Los procesos creativos dejarán de ser exclusivos del ser humano y pasarán a ser actividad cotidiana del robot?
Algunos autores proponen que la quinta revolución industrial deberá lograr la exitosa integración de la máquina con la persona.
Chat GPT deberá ser una gran herramienta que impulse la creatividad y el potencial del ser humano.
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