Votarán entre 35% y 40% el 6 de junio
Érick Becerra
Un dato muy relevante que toman en cuenta los estrategas, operadores y líderes de los partidos políticos es la estimación de participación electoral en los comicios.
Ese dato ayuda a determinar el nivel de votación mínima, de cuadros, voto duro y blando que están obligados a obtener.
Con base en ese dato se establece el piso de ciudadanos a promover; a “tocar” para tratar de persuadir de que voten por el o los candidatos de su partido o alianza.
Y ya que se cuenta con ese dato, se establecen metas para tratar de convencer al voto volátil o switcher, mismo que no tiene lealtades ideológicas sino que vota más por la coyuntura, el ánimo social, los errores de los candidatos o la emoción que le provoquen los abanderados más audaces.
Le platico que en el proceso electoral federal inmediato anterior, el de 2018 en Puebla votó 68.2 por ciento del padrón, mientras que la media nacional fue de 63.1 por ciento.
Hay que considerar, claro está, que la elección del 2018 fue la más votada de la historia y le dio a Andrés Manuel López Obrador un respaldo inédito que disipó toda duda sobre su triunfo.
De acuerdo con el INE, “en cuanto a sexo, la participación de las ciudadanas poblanas fue del 71.5 por ciento de las mujeres inscritas en la lista nominal, superior al porcentaje de hombres, que fue del 63 por ciento”. Esto es: el voto la elección que ganó AMLO fue mayoritariamente femenino.
En cuanto a grupos de edad, el grupo de adultos entre 65 y 69 años fue el más participativo, alcanzando el 78.1 por ciento de los inscritos en la lista nominal, mientras que el grupo de quienes tenían 18 años alcanzó un 70.1 por ciento de participación.
Ahora bien, la participación en las federales ha ido desde 2000 con 64.0 por ciento, 2006 con 58.6 por ciento, 2012 con 63.1 por ciento y 2018 con 63.4 por ciento.
Pero si revisamos las federales intermedias y presidenciales hallamos que el promedio de las últimas desde 1991 ha sido de 57. 58 por ciento.
Las últimas tres intermedias nos dieron en 2015: 47.07 por ciento; en 2019: 44.06 por ciento, y en 2003, 41.68 por ciento.
Esto es, si sacamos el promedio de las tres intermedias últimas nos da un 44.27 por ciento en promedio.
Sin embargo, si consideramos que en promedio la movilidad en la pandemia se redujo un tercio y que ese valor pudiera darnos una idea de la decisión ciudadana de no salir a la calle, aún en día de elección, podríamos imaginar que ese 44.27 por ciento podría convertirse en poco más del 31 por ciento.
Pero si le sumamos la participación que puede despertar la renovación de la alcaldía de Puebla, una estimación aceptable es que la participación alcance 35 por ciento. Si los partidos hacen lo necesario, más el gran escuerzo que realizan el INE y el IEE por promover la participación electoral más un acontecimiento que despierte gran interés del votante, pienso que se arañaría 40 por ciento de sufragios.
Puedo estar equivocado. Ojalá lo esté, de hecho. Pero eso lo sabremos el 6 de junio.
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