No cabe duda de que los estadounidenses adoran el café, al igual que en muchas partes del mundo. En los meses del confinamiento por la pandemia, en Nueva York muchos tomaban café por las mañanas e iban a las tiendas exponiéndose a un contagio.
Los últimos estudios sobre los efectos del café y la cafeína, su principal ingrediente activo, para la salud son tranquilizadores. Se ha vinculado su consumo con una reducción en el riesgo de muchos padecimientos como la enfermedad de Parkinson, cardiopatías, diabetes, cálculos biliares, depresión, suicidio, cirrosis, cáncer de hígado, melanoma y cáncer de próstata.
De acuerdo al diario The New York Times, numerosos estudios realizados en todo el mundo, han asociado el consumo diario de cuatro o cinco tazas de café con una reducción en las tasas de mortalidad.
En un estudio de 200 mil participantes con un seguimiento durante 30 años, las personas que bebieron de tres a cinco tazas de café al día, con o sin cafeína, fueron un 15 % menos propensa a morir prematuramente, por cualquier causa, por encima de la gente que lo evitó.
Lo mejor fue una reducción del 50 % en el riesgo de suicidio entre hombres y mujeres, consumidores moderados, porque estimularon la producción de químicos cerebrales que tienen efectos antidepresivos.
La conclusión del informe publicado por un equipo de investigación de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, fue que la mayoría de la gente que lo consume con moderación puede ser parte de un estilo de vida saludable.
Por décadas hubo advertencias sobre los posibles daños a la salud por el café, que causaba enfermedades cardíacas, apoplejías, diabetes, cáncer pancreático, trastornos de ansiedad, deficiencias de nutrientes, enfermedad de reflujo gástrico, migraña, insomnio y muerte prematura.
Afortunadamente ya no es así. En 1991, la Organización Mundial de la Salud lo quitó de la lista de posibles carcinógenos. Era mortal, decían, tomar café y fumar.
Ahora las normas científicas señalan que solo las embarazadas deben abstenerse de tomarlo, al igual que quien quiera dormir bien.
Lo anterior no quiere decir que ingerirlo sea el mejor certificado de buena salud. Así las cosas, hay que disfrutar del buen café.
Periodista. Catedrática de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la BUAP. Pionera en Puebla de noticiarios y programas de radio con perspectiva de género desde 1997.